lunes, 30 de noviembre de 2015

Cena Armonía de las Jornadas Gastronómicas del Bosque


Navarra vive su gastronomía durante los 365 días del año. En un Reyno con tanta diversidad, como reza su eslogan institucional, cualquiera de las cuatro estaciones es buena para encontrar la inspiración necesaria a la hora de ensalzar una época del año, unos productos o el marco que los acoge.

El otoño es un periodo ideal para ilustrar esto que estoy refiriendo. Ya sabemos todos que es la estación que trae el frío y la lluvia, (cosa que no gusta a todo el mundo), pero estas dos circunstancias hacen de Navarra un lugar muy interesante para dos de las actividades más típicas del último cuarto del año: las setas y la caza. Y como el mejor sitio para encontrar setas y caza es el bosque y Navarra presume de tener algunos de los bosques más bonitos de toda la Península, desde la Asociación de Hostelería de Navarra pensaron que preparar las Jornadas del Bosque seria hacer un sabroso homenaje al patrimonio gastronómico forestal de la región. Así, durante todo un mes (acaban el 13 de diciembre), numerosos bares y restaurantes ofrecen en sus barras y en sus cartas pinchos y menús donde abundan los sabores minerales de las setas y los matices recios y sabrosos de las carnes de caza, de pelo y pluma.





Este año, para hacer el evento aún más interesante, recurrieron al Bar Restaurante Iruñazarra, participante en este evento, para que ofreciera uno de sus comedores como lugar de celebración de la "Cena armonía de las Jornadas del Bosque". En sus cocinas, se juntaron las manos de tres cocineros de otros tantos restaurantes para elaborar una sabrosa y completa cena, repleta de matices y muy bien maridada con distintos vinos navarros. Por otra parte, la colaboración de los expertos en carnes de caza de la empresa Pirineos Exdim garantizaba la calidad de todos los productos que íbamos a degustar.


Comenzó la velada con una copa de Rosado sobre Lías de Gran Feudo, servida por José Luis Díez, que fue el encargado de comentar que vinos se habían elegido para acompañar a cada plato. La acidez de este vino y sus matices minerales fueron un perfecto acompañamiento para la chistorra de jabalí que sirvió como aperitivo, muy sabrosa y en su punto justo de cocción, para que quede jugosa.


Ya sentados a la mesa y con un Chardonnay en la copa, llegó el turno del primer plato, que corrió a cargo del Restaurante El Redín de Pamplona. Era una ensalada de perdiz ligeramente escabechada con granada, castaña y hongos trufados. Muy sabroso, me gustó especialmente la combinación de texturas y los toques dulces de la granada y la castaña, que acompañaban muy bien a la carne de la perdiz.

Para continuar, un plato muy aconsejable para la época en la que estamos, como es una buena sopa. Elaborada por el chef del restaurante del Coto Valdorba, se trataba de un sabroso consomé con faisán y seta "angula de monte", que es uno de los nombres populares (junto con rebozuelo amarillo o camagroc) de la seta Cantharellus lutescens. Para este plato ya nos habían servido el vino tinto Gran Feudo Viñas Viejas, quizá demasiado potente para una sopa ligera como esta, aunque por separado ambos eran sobresalientes.



El plato fuerte de la noche corría a cargo de los dueños del salón, y en una región que es tránsito obligado de miles de palomas torcaces que bajan desde gran parte de Europa para pasar el invierno en la Península, era raro no tener una soberbia ración de paloma en la mesa. Y así fue, media paloma guisada al modo tradicional, con una salsa realmente apabullante que no te permitía dejar de mojar hasta acabar con las existencias de pan de la mesa. Ahora si que el vino era la pareja perfecta de este plato de sabor realmente contundente!


Para el postre, también por parte del Iruñazarra, nos invitaban a un paseo por Irati, el gran bosque de hayas considerado el mejor de toda Europa. Para ello, teníamos una especie de crema fría de cáscara de melón, una tierra de chocolate, frutos rojos frescos y dos setas, una pequeña Amanita muscaria de chocolate y otra que podía hacer las veces de Boletus edulis o de Hongo Beltza (que no es lo mismo, que conste), esta última hecha a partir de un brioche sobre un pie de helado de nuez. Para acompañar, nada mejor que un moscatel de grano menudo bien frío.


Y como a veces la Ley de Murphy funciona a la inversa, lo que puede ir bien puede ir aún mejor, sobre todo si eres el ganador de un lote de productos de catálogo de Pirineos Exdim. La suerte hizo que una mano inocente sacara el número 11 de una cubitera y coincidiera justo con el que yo tenía en la mano. Premio para este que les escribe y que disfrutará, no lo duden, de la chistorra de jabalí, el chorizo de ciervo, el boletus frito y conservado en aceite de oliva o el paté de jabalí trufado, entre otras cosas.




Buena velada con amigos y conocidos, nueva iniciativa hostelera exitosa y Navarra y su gastronomía, como siempre haciéndo feliz a las gente de buen comer y mejor beber!!!















miércoles, 18 de noviembre de 2015

II Jornadas Nikkei en el Hotel Tres Reyes

Dice el refrán que "Lo bueno, si breve, dos veces bueno". Y no le quito yo la razón a este dicho, pero también es muy válida una versión de mi cosecha personal: "Lo bueno, si se repite y supera con creces lo anterior, pues mucho mejor".


Y digo esto a raíz de la gran satisfacción que, a buen seguro, experimentamos ayer todos los asistentes a la cena-presentación de las II Jornadas Nikkei que el Hotel Tres Reyes de Pamplona ha diseñado. De nuevo han sido las manos de Abel Alberto Mora y su equipo de cocina (con la colaboración en esta ocasión de uno de nuestros jóvenes valores de la cocina navarra, Enrique Martínez Burón) las encargadas de dar forma a un sensacional menú degustación en diez actos, en los que se ha querido hacer un recorrido por los principales platos de las cocinas japonesa y peruana y la fusión de ambas que, bajo el nombre de "nikkei", ha puesto a Perú en la órbita del panorama gastronómico internacional.

Para el que aún no conozca el significado del termino "nikkei", no cuesta nada recordarlo. Nikkei es el nombre que se le dio a la inmigración japonesa que partió, a finales del siglo XIX y principios del XX, desde sus islas hacia algunos países sudamericanos como Brasil, Colombia y Perú, como mano de obra requerida por las industrias azucareras que estaban empezando a desarrollar una fuerte industrialización. Y claro, cuando un grupo de personas salen de su país intentan llevarse consigo parte de su esencia y costumbres para sentirse más cómodos en su nuevo destino. Y los japoneses, como muchos otros emigrantes, llevaron a Perú su gastronomía, la cual tuvieron que modificar de forma forzosa al no disponer allí en algunos de sus ingredientes básicos, como la salsa de soja. De esta forma, algunas de sus preparaciones principales se empezaron a hacer con los recursos que Perú ofrecía, al mismo tiempo que los peruanos conocieron otras formas de preparar sus propios platos, como los cebiches, o empezaron a darle importancia a productos que antes rechazaban, como el pulpo.

Pues bien, ayer tuvimos sobre la mesa platos peruanos como el cebiche sazonado con salsa de soja y ponzu, el tiradito elaborado con pez limón, el sánguche (en versión mini) con un pan al vapor o la costilla asada confitada en salsa agridulce. Pero también hubo plato tan japonés como el nigiri, pero combinando el salmón con la salsa huancaína o la entraña de cerdo (guiño argentino del cocinero a su país) con chalaquita (una especie de vinagreta típica de Perú para acompañar a los mejillones, como hacemos nosotros en España).



Cada plato que nos iban sacando iba superando al anterior, tanto por su sabor como por su excelente aroma y su bonita presentación. Raciones pequeñas, ideales para comer casi de un bocado y notar esa fusión Asia-América en la boca a través de la combinación de matices dulces, picantes y ácidos al mismo tiempo, pero sin predominar uno sobre otro. Y si la comida fue buena, no menos bueno fue el vino que nos acompañó a lo largo de noche. Y contar con los vinos de Chivite es garantía de éxito por su versatilidad para acompañar cualquier plato, venga de donde venga. No fue fácil el maridaje, puesto que se hizo al azar, sin haber probado antes los platos y pensando si el champagne acompañaría bien una ostra con yuzu y cebollín chino o un rosado sobre lías sería buen compañero de un pescado rebozado acompañado de algo picante como el ají amarillo y un condimento con un sabor tan especial como el cilantro fresco. Al final, tanto Iñaki Oñatevía, nuestro hombre de Chivite en la mesa, como el resto de comensales que nos reunimos coincidimos en que los vinos no podrían haber sido mejor elegidos.



 






En definitiva, un menú realmente espectacular que no dejará a nadie indiferente y que, mucho me temo, será un éxito de público en los dos días que será servido en el Hotel Tres Reyes tanto para comer como para cenar. Las fotos hacen justicia, mucha, pero lo mejor será probarlo, si no en Pamplona, en la propia casa de Abel Mora, el restaurante Uasabi de Zaragoza. No se lo pierdan, me lo agradecerán!!



lunes, 3 de agosto de 2015

MENDAVIA Y SU XIII FIESTA DE LAS DENOMINACIONES DE ORIGEN










Un sello para ampararlos, para protegerlos, para defenderlos y para promocionarlos. Un sello con el que presumir, lucirse y darse a conocer. Un sello sinónimo de calidad y prestigio, dentro y fuera de las fronteras del Reyno. Un pequeño y sencillo sello rojo, pero con un enorme peso en lo que a fomento de la calidad agroalimentaria se refiere. Eso y mucho más es lo que representa desde 2007 Reyno Gourmet, la marca de garantía y calidad a la que están acogidas más de cien empresas y más de 1000 productos que han visto la luz en Navarra, y que son el más claro ejemplo de la calidad de los productos de esta región.

Y decir Reyno Gourmet es decir Mendavia. Porque de las 16 certificaciones de calidad que Reyno Gourmet agrupa bajo su paraguas, la Villa de Mendavia presume de 11 de ellas. No es la primera vez que hablo de ello en este humilde blog, pero nunca está de mal recordar que Mendavia, situada en la Ribera Alta del Ebro navarro, es el municipio español con más denominaciones de origen. Y eso, en un país como España, famoso por la excelencia de todos sus productos, es un gran privilegio que no pasa inadvertido para nadie.


La huerta navarra, junto con la de Levante y Murcia, siempre han sido los principales referentes en cuanto a producción y calidad en España. Centrándonos en la huerta de Navarra, tres son los productos que se aúpan en el podio de la fama y la calidad, sin ocupar ninguno de ellos el segundo o tercer cajón, sino compartiendo el primero. Como muchos avispados amantes de la verdura ya sabrán, son el Pimiento del Piquillo de Lodosa, el Espárrago de Navarra y la Alcachofa de Tudela.

Si bien estas tres verduras se cultivan en un buen número de hectáreas repartidas por toda la ribera del Ebro y sus afluentes, en Mendavia se dan unas condiciones excepcionales para que todos estos productos alcancen una calidad superior, sobre todo si nos referimos al Pimiento del Piquillo y al Espárrago de Navarra. Comenzando por el primero de ellos, aunque la denominación oficial lleve adjunto el nombre de Lodosa, que es la localidad vecina, Mendavia, es uno de los pueblos con mayor superficie dedicada al cultivo de esta hortaliza, asi como sede de algunas de las marcas más señeras en este producto en conserva.


Menos extensión de cultivo tiene el Espárrago de Navarra, cuya producción es más vulnerable a la climatología y la competencia que viene desde Perú o China. Y aquí si que Mendavia se lleva la palma y cultiva el mejor espárrago blanco que se puede consumir en España. No obstante, algunas marcas han conseguido posicionar sus productos, entre ellos el espárrago, como referente de este sector en el mercado gourmet a nivel nacional. Por esta razón, suele ser cada vez más habitual ver en cualquier punto de España la característica caja negra rotulada con LC de la empresa mendaviesa Viuda de Cayo con su marca Premium “La Catedral de Navarra”.


Con las alcachofas pasa algo semejante al Piquillo. Si bien la denominación incluye el nombre de la capital de la Ribera, Tudela, los fértiles campos de Mendavia ofrecen unas alcachofas sensacionales, que procesadas por las manos artesanas de las conserveras locales convierten a este recio capullo de cardo (por es lo que es) en un manjar con cientos de miles de enamorados de su particular sabor.

Y si hubiera más verduras con denominación de origen en Navarra, seguro que Mendavia se apuntaba más de un tanto, puesto que ya sea el cardo, los tomates, las cebollas o los calabacines, todo lo que brota del terruño es sinónimo de calidad.

Pero como no solo de verduras vive el navarro y el sibarita, en Mendavia se dieron cuenta de que si el producto vegetal era excelente, no menos excelente sería la carne derivada del ganado que se alimentara con los forrajes y el cereal que allí se cultivara. Y de eso se valen los criadores de ganado vacuno y ovino, que se acogen a dos denominaciones de origen vinculadas al producto cárnico como son la D.O. Ternera de Navarra y la D.O. Cordero de Navarra. Ambas denominaciones se extienden por todo el ámbito de la Comunidad Foral de Navarra, acogiendo bajo este sello a animales de diferentes razas en función de la zona. Así, en el norte de Navarra abundarán las explotaciones con vacuno de raza Pirenaica o Parda Alpina y ovejas de la raza latxa, mientras que en la mitad sur será más común encontrar en sus campos a vacas de la raza Charolais y ovejas de raza Navarra, de carácter trashumante y más parecidas a las ovejas castellanas y manchegas.




En el caso del aceite de oliva virgen extra, el reconocimiento oficial es bastante reciente, a pesar de que en Mendavia y en el resto de Navarra se ha estado elaborando aceite de forma artesanal desde hace siglos. Los agricultores llevaban las olivas a los trujales tradicionales así como se vendía la uva a la cooperativa vinícola. Hasta que algunos emprendedores, conscientes de la calidad del producto que tenían en sus campos, decidieron que quizá con algo más de estudio, empeño y trabajo se podía ir un poco más allá en el mundo del aove. Y créanme que lo han conseguido. En Mendavia, el trabajo de una familia de hermanos han dado como resultado uno de los mejores aceites de oliva de España, con gran presencia de la variedad arróniz, autóctona de Navarra y que es la que permite que esta región pueda presumir de una denominación de origen. Mendavia está orgullosa de Aceites La Maja y vicevesa, ya que el nombre de Mendavia se pasea por toda España y por parte de Europa de la mano de este excepcional producto.



Y que sería de una buena comida a base de carnes, verduras, con la base de un excelente aceite, si no hay bebida con que acompañarla? Por eso en Mendavia no descuidan nada y también han sabido aportar su grano de arena en el mundo del vino. A pesar de estar en territorio navarro, Mendavia se unió a otras localidades vecinas para acogerse a la Denominación de Origen Calificada Rioja, lo que hace que el nombre de Mendavia esté asociado al prestigio de esta marca. Pero no se puede vivir solo de imagen, sino que hay que demostrar que el continente tiene un buen contenido. Y tanto Marqués del Atrio como Barón de Ley pueden estar orgullosas del buen papel que hacen para la DOC Rioja. Sobre todo esta última, que se ha convertido en un conglomerado de empresas de gran valor económico y con un prestigio enorme a nivel bursátil.




El pacharán, el gran licor navarro que nada tiene que envidiar a licores de hierbas, cremas de whisky o coñacs, también tiene presencia en Mendavia en forma de campos de cultivo sembrados con hileras de endrinos, pequeños arbolitos parecidos a los olivos pero que son primos hermanos de ciruelos, cerezos o almendros (el género Prunus, que haríamos sin el!!). No existe en el término municipal ninguna empresa que elabore pacharán para comerciar con él, pero no son pocas las destilerías navarras que comprarán las endrinas a los agricultores mendavieses sabiendo que están haciendo una buena inversión.


Y para terminar, brindemos con cava navarro. Sin menospreciar a los cavas catalanes, excepcionales, o los grandes champagnes franceses, Navarra supo sacarle provecho a la uva Viura, variedad tradicional para elaborar vinos blancos secos y muy común por la zona del valle del Ebro. Sabiendo que era la misma cepa que la conocida en Cataluña como Macabeo y teniendo muy buena materia prima, solo había que conocer el metodo “champenoise” para elaborar un espumoso en tierra navarra. Y a Sant Sadurní d’Anoia, cuna del cava catalán, se fueron los hermanos Suberviola a formarse como expertos en la elaboración de estos singulares vinos. Ellos han sido los últimos en formar parte de la gran familia de Reyno Gourmet, que amplía su rango de productos buscando la excelencia. Y esa excelencia, presente en toda Navarra, tiene un gran punto de apoyo en Mendavia.


El evento popular de este XIII Día de las Denominaciones discurrió, como todos los años, en medio de un ambiente totalmente festivo. De forma paralela a esta muestra gastronómica se desarrollan actividades vinculadas a las leyendas de corte mágico y mitológico que circulan desde hace siglos por Mendavia, así como un mercado medieval y otros actos.

Para el pregón de este año se contó con la presencia del chef guipuzcoano Ramón Roteta. Para Mendavia es viejo conocido, por ser el conductor del programa de EiTB "No es país para sosos", donde Mendavia se alzó como ganador de un reto para ver quien elaboraba la mejor menestra de cordero, en un divertido duelo con la villa alavesa de Lapuebla de Labarca. Su simpatía y campechanía, así como su complicidad con Mendavia, eran los ingredientes esenciales para que se convirtiera en un pregonero ideal para un evento gastronómico como este.

El día soleado animó a vecinos y forasteros a salir a la calle a disfrutar de la jornada. La primera parada de este año era un punto de información donde adquirir la copa especialmente diseñada para este día. Se trata de una copa Borgoña, con la serigrafía de la imagen corporativa del Día de las Denominaciones. Con la compra de dicha copa se tenía derecho a la degustación de un vino y un pincho de lomo con pimientos en la taberna popular, así como acceso libre al resto de casetas donde los productores locales ofrecían su mercancía.

Bajo mi punto de vista, la novedad de la copa me ha parecido todo un acierto, por varios motivos: Dicha copa no es un elemento de usar y tirar, es un objeto que se podrá seguir usando a diario y además, con el carácter de recuerdo de un día festivo. De esta manera, se evita la generación de más residuos en foma de plásticos. Además, su venta genera un pequeño ingreso, que nunca viene mal. Y la mejor de todos, y es que el vino siempre sabe mejor en una copa que un vaso, ya sea de plástico o de cristal. Y más si son vinos y cavas tan buenos como los que hemos mencionado antes. Cada vez son más las empresas, establecimientos de hostelería y municipios que rotulan las copas que utilizan en sus diferentes actos donde el vino está presente, y Mendavia no debía ser menos en este aspecto.


Y como siempre, las mismas caras al otro lado de las mesas dando a probar los productos de la huerta, de la viña y del olivar. El pan tostado, impregnado en aceite del trujal La Maja y con un toque de ajo restregado, desaparecía del plato a la velocidad de la luz, casi tán rápido como lo hacían los espárragos de Gilver, Vela, Viuda de Cayo o Juanchu, que duraron poco o muy poco en los platos. Pimientos del Piquillo, alcachofitas, puerros, habitas baby, bien acompañadas de los vinos de Marqués del Atrio por un lado y Barón de Ley por el otro. Y por supuesto el cava, rosado de garnacha y monastrell  y blanco de viura, brut y brut nature, muy ácido y refrescante. Una auténtica gozada.

Para terminar, entrega del premio al restaurante La Galera por haber realizado el mejor pincho con productos de las denominaciones de origen locales (una magnífica reinterpretación del guiso de cordero con alcachofas, espárragos y guisantes de toda la vida, pero realizado con las técnicas de la cocina actual y una presentación bastante singular) y aperitivo en las instalaciones del Polideportivo con Paco Sádaba detrás de la barra, con los productores locales y con los compañeros y amigos del ayuntamiento, donde surgió la gran cuestión que muchos, cada uno por su lado, se llevan planteando desde hace unos años: ¿Se puede ir a más con esta celebración? Como dar el salto para que el pueblo con más denominaciones de origen de España tenga un evento de altura y pueda salir del ámbito meramente local? Hay producto de excelencia, hay productores jóvenes y muy bien preparados, con ganas de hacer cosas nuevas, hay varias ideas flotando por el ambiente que solo tienen que plasmarse de forma seria y ser discutidas para llevarlas a la práctica.



Y lo más importante, hay muy buena predisposición por parte de las autoridades locales para recibir propuestas acerca de una jornada o jornadas vinculadas a este proyecto de las denominaciones, y que sirva para sumarse al acto popular que tan buena acogida tiene. Hay muchas ideas y bastante tiempo para trabajarlas. Y no solo para el XIV Día de las Denominaciones, sino para cualquier época del año vinculada a cada uno de los productos de calidad de Mendavia. Esto no ha hecho nada más que empezar…