martes, 27 de enero de 2015

IV PREMIOS GASTRONÓMICOS "LA CAPILLA"


Ya estaba yo tardando en contar, a grandes pinceladas y sin necesidad de profundizar mucho (no es cuestión de aburrir repitiendo lo que muchos han relatado ya) lo que aconteció en la entrega de los IV Premios Gastronómicos "La Capilla", que acogió, como su propio nombre indica, el recoleto restaurante La Capilla del renombrado hotel "Puerta de Pamplona".

Allí estaban citados una decena de ases de la gastronomía en sus más diversas vertientes, protagonistas nada efímeros en lo que a su actividad laboral y/o empresarial vinculada con el mundo del comer y del beber se refiere. Acudieron todos a la cita y todos recibieron el premio de muy buen grado, porque aunque digan que no, a nadie la amarga un dulce, sobre todo cuando ellos mismos son conscientes de que lo que hacen, lo hacen excepcionalmente bien.

Abrió la velada la gastrónoma Igone Marrodán presentando a los ganadores, que fueron subiendo uno a uno a recoger su premio de mano de otros tantos personajes vinculados al mundo de la gastronomía o a la vida pública de Pamplona.

En primer lugar subió al estrado Idoia Iriarte, gerente de Especias Onena. Los que vivimos y cocinamos en Navarra sabemos que no tenemos que recurrir a otras marcas para aderezar nuestros platos y nuestra vida con sabores y aromas de todo el mundo. Son ya 30 años los que Onena lleva envasando tés, infusiones y especias de los cinco continentes de forma artesanal, para no perder en ningún momento la esencia tradicional de sus productos. Y ese esfuerzo bien merecía el premio y el reconocimiento.


Lamento decir en este punto que no recuerdo el orden en el que fueron subiendo los otros nueve premiados, pero como recuerdo perfectamente a todos ellos, no respetar este orden no tiene ninguna importancia. Por lo tanto, bueno es mencionar ahora a Xabi Landa y Carmen García, santo y seña (el orden de los factores no altera el producto, porque Carmen también es una santa y una chica estupenda!) de Gourmetimage Fotografía Gastronómica. Esta pareja, más que amigos y residentes en el Valle de Baztán (no eligen mal sitio, no) hacen maravillas con sus fotos y su manera de editar libros. Tan bien lo hacen que han conseguido hitos como el premio Gourmand en unas cuantas ocasiones. Vamos, esto es equivalente a un premio Pulitzer en periodismo o el Laus en diseño y creatividad. Y ellos están como si nada, siguen trabajando porque saben que pueden y quieren hacerlo aún mejor!


Saltamos del Valle de Baztán a la ribera alta del Ebro, donde las fértiles tierras de este pedazo de Navarra han obrado el milagro de ofrecer un terruño que es un auténtico vergel para todo lo que albergan. De ahí coge su fama la villa de Mendavia, líder absoluto en España con sus flamantes once denominaciones de origen y hogar de otro de los premiados: Viuda de Cayo-La Catedral de Navarra. Dentro del mundo de la conserva de pimiento del Piquillo, espárrago, alcachofa, etc, han alcanzado la excelencia con sus dos marcas, y sobre todo con La Catedral, que se ha convertido en la marca de referencia de la conserva navarra en el mundo gourmet. Viajar a otros países y ver su elegante packaging negro con la LC es tan satisfactorio!!


Seguimos saltando por el viejo Reyno de Navarra para caer ahora en uno de los pueblos más bonitos de la región, cuna de una familia con solera y apellido con peso y carácter: Ochoa. Desde la Edad Media se tienen noticias de la vinculación de este apellido con el vino de Navarra, y como las tradiciones no hay que romperlas, Javier Ochoa, el "pater familias", se dedicó en cuerpo y alma a trabajar por el vino de Navarra y por su marca: Bodegas Ochoa. Muchas décadas después, son sus hijas Adriana y Beatriz las que con orgullo siguen firmando las botellas con su apellido y dedicando una gran sonrisa y un brindis a todos los que tenemos el gusto de conocerlas. Si uno de estos premios era merecido, desde luego que era para esta gran familia.


Seguimos ruta por la región para mencionar a otro de los premiados, en este caso hasta las riberas del pantano de Yesa. No dudo que tuvo que sorprender a más de uno que quizá no estaba enterado de que en Navarra también se produce caviar. Si si, además, de verduras, quesos, carnes, dulces, vinos, licores, aceites y un larguísimo etc, también hay caviar, ecológico y de una calidad superior. Caviar Per Sé, que así se llama esta empresa, juega en su nombre con el origen tradicional del producto, la antigua Persia (actual Irán), y con la locución latina “per se”, “por sí mismo”. Y es que no hay que empeñar nuestra casa o algún órgano interno para disfrutar de un caviar de calidad superior, solo hay que buscar una de las cajitas doradas y bellamente decoradas de caviar Per Sé.


Ahora subimos hacia el nordeste, concretamente hasta siete pequeñas villas pirenaicas: Burgui, Uztárroz, Isaba, Urzainqui, Garde, Vidángoz y Roncal. Son los siete pueblos que forman parte del Valle de Roncal, donde se elabora el primer queso en obtener la Denominación de Origen en toda España. Evidentemente, se trata del Queso de Roncal, elaborado en exclusiva con leche de ovejas de las razas latxa y rasa que viven y pastan en las laderas de este precioso valle. Es un queso de una calidad excepcional y que, como muchos productos artesanos, debe ser apoyado y mimado para que su producción, laboriosa y no siempre fácil, siga adelante como uno de los símbolos de la gastronomía navarra.


Volvemos a la cuenca de Pamplona, concretamente a un sitio donde la vanguardia y la modernidad se unen en disciplinas tan aparentemente alejadas como las artes plásticas y la cocina. En Huarte se encuentra el Centro de Arte Contemporáneo, y dentro de sus instalaciones, el restaurante Ábaco, exitosamente gestionado por el joven chef Jesús Íñigo Luri y todo su equipo. He hablado antes de las artes plásticas y la cocina como disciplinas alejadas, pero ahora que lo pienso bien, si hablamos de la alta cocina, las similitudes son tantas que lo lógico es que un museo y un restaurante como Ábaco compartan espacio; tanto artistas como cocineros deben pasar por un proceso de reflexión para concebir sus obras, que dan forma a través de la pintura, la construcción, el modelado, el uso de diversos materiales y texturas, etc. Definitivamente, si vemos las creaciones de Íñigo, nos damos cuenta que estamos ante uno de los artistas de la cocina navarra contemporánea. Este premio La Capilla solo será uno más de los que últimamente están llenando sus vitrinas. Se los merece.


El último premiado navarro no es uno, sino muchos. Estamos hablando de 600 operadores y más de 1000 productos, todos procedentes de la agricultura y la ganadería ecológicas. Y todos están amparados bajo el séptimo premiado, el CPAEN, siglas del Consejo de la Producción Agraria Ecológica de Navarra. Su responsable, Angela Sabalza, dio un divertido y perfectamente hilado discurso, haciéndose merecedores del premio “porque si”, porque llevan muchos años trabando por y para la producción agraria ecológica de Navarra. Y ese esfuerzo y esa ilusión, cuando es recompensada con un premio, es para relamerse del gusto y presumir de forma merecida.


Casi todos los años hay un guiño desde los premios La Capilla hacia nuestros vecinos de Euskadi. Son muchos los lazos sentimentales y profesionales que unen a estas dos regiones y los premios deben darse a quien lo merece. Y nadie mejor que un colectivo de profesionales y una institución tan prestigiosa como el Basque Culinary Center de San Sebastián para recibir este galardón. Desde que hace cuatro años se decidiera instalar en esta capital vasca un centro educativo que sirviera para formar a los nuevos cocineros del mañana, han sido constantes las felicitaciones y los halagos. Ahora está a punto de salir la primera hornada de nuevos aspirantes a chef, que completarán su excelente formación con prácticas laborales de la mano de los primeros espadas de la alta cocina española. Y son muchos los profesionales navarros que imparten clases en este centro, como también son muchos los navarros, de todas las edades, que han cursado estudios de todo tipo en esta moderna universidad gastronómica. Por ello, hay que reconocer el esfuerzo de un proyecto como este, que no hace sino enriquecer la oferta educativa de nuestro país.


Y para acabar, una cara y una voz conocida por todos desde hace ya muchos años. Para los profanos en materia gastronómica solo es una de las caras de los informativos, pero para los aficionados a este mundo, Pepe Ribagorda es un referente en cuanto a comunicación gastronómica. Desde su blog “Las cosas del comer”, como conductor del programa “Cocineros sin estrella” o participando en multitud de eventos relacionados con la gastronomía en todo el país, este simpático y campechano madrileño sibarita pone el mismo altavoz mediático que en el informativo del fin de semana de Telecinco, donde intenta poner su grano de arena hablándonos de cualquier noticia donde el comer y el beber sean protagonistas. Por ello, merece un reconocimiento más en su labor como divulgador de las bondades de la gastronomía en España.


Y entre brindis con los vinos de Ochoa, una tapita por aquí y un buen rato de conversación por allá acabó esta nueva reunión de amigos y conocidos en torno al buen hacer gastronómico. Esperemos que en 2016 volvamos a tener la ocasión de reunirnos. Por falta de buenos candidatos no será. Coman, beban y disfruten!!