Hace cuatro años estuvimos pasando unos días de vacaciones en Bélgica,
visitando Bruselas y algunas de las ciudades más famosas y bonitas de Flandes
(Gante, Amberes, Brujas, Lovaina y Malinas). Debido a nuestra afición a
preparar los viajes a conciencia con varios meses de antelación, ya sabíamos
que debíamos probar como parte de la cocina tradicional y donde era el mejor
sitio para hacerlo, siempre buscando buena relación calidad-precio.
Evidentemente, no podíamos volver a España sin probar los mejillones, plato
tradicional de Bélgica y que preparan de mil manera diferentes. Los probamos en
un par de sitios, pero las que más nos gustaron fueron la de Chez León. Es un
sitio muy popular en Bruselas, cercano a la Grand Place y que pone unos
mejillones estupendos a buen precio.
Esta receta, la
tradicional de mejillones al vino blanco, nos la contó paso por paso un chica
que atendía una cafetería en Malinas, que hablaba un castellano perfecto porque
había estado trabajando en España. Las patatas fritas son casi imprescindibles
con esta receta, así como una buena cerveza belga. Es una receta algo laboriosa
porque hay que limpiar los mejillones, pero sinceramente, merece la pena!!
INGREDIENTES: (para dos personas. Cuando los hagáis una vez y veáis que al final os
habéis quedado con ganas de mas, haréis 1,5 kg. de mejillones, manteniendo las
mismas proporciones de los otros ingrediente)
1 Kg. de mejillones
1 o 2 cebollas
1 o 2 ramas de apio
mantequilla (yo la compro en porciones, para usar solo la que
necesito. En este caso puse dos porciones, pero podéis poner tres sin
problemas)
3 o 4 briznas de tomillo
2 hojas de laurel
2-3 vasos de vino blanco
ELABORACIÓN:
Lavar
y rascar bien los mejillones para eliminar barbas, restos de algas y
todo lo que lleva pegado a la concha.
En la
olla más grande que tengáis en casa poned a fundir la mantequilla, en la que
echaréis la cebolla cortada en rodajas finas y el apio, también cortado en
trozos pequeños. Cuando la cebolla se ponga translucida y blanda, añadimos los
mejillones y removemos bien con una paleta para que empiecen a soltar su jugo.
Después
de 2 o 3 min. añadimos el vino (yo le pongo 2 vasos) así como el laurel y
tomillo. Salpimentamos al gusto, mezclamos y removemos bien para que todos los
mejillones vayan entrando en contacto con la salsa que se va produciendo.
Cuando
se hayan abierto los mejillones están lisos para servir (desechar los que no se
hayan abierto). Por otro lado, freímos una buena cantidad de patatas hasta que
estén bien doradas y crujientes.
Para beber, una buena
cerveza belga, como he dicho antes. Yo la elegiría rubia, que es más suave y
fácil de beber mientras comes. Las Leffe, Grimbergen, Hoegaarden o Chimay son
muy ricas, no muy caras y fácil de conseguir en cualquier supermercado.
Este finde voy a prepararlos. Ya te contaré que tal. Es un plato que me encanta¡¡¡¡
ResponderEliminar