viernes, 28 de febrero de 2014

MEJILLONES AL VINO BLANCO - RECETA TRADICIONAL BELGA



Hace cuatro años estuvimos pasando unos días de vacaciones en Bélgica, visitando Bruselas y algunas de las ciudades más famosas y bonitas de Flandes (Gante, Amberes, Brujas, Lovaina y Malinas). Debido a nuestra afición a preparar los viajes a conciencia con varios meses de antelación, ya sabíamos que debíamos probar como parte de la cocina tradicional y donde era el mejor sitio para hacerlo, siempre buscando buena relación calidad-precio. Evidentemente, no podíamos volver a España sin probar los mejillones, plato tradicional de Bélgica y que preparan de mil manera diferentes. Los probamos en un par de sitios, pero las que más nos gustaron fueron la de Chez León. Es un sitio muy popular en Bruselas, cercano a la Grand Place y que pone unos mejillones estupendos a buen precio. 

Esta receta, la tradicional de mejillones al vino blanco, nos la contó paso por paso un chica que atendía una cafetería en Malinas, que hablaba un castellano perfecto porque había estado trabajando en España. Las patatas fritas son casi imprescindibles con esta receta, así como una buena cerveza belga. Es una receta algo laboriosa porque hay que limpiar los mejillones, pero sinceramente, merece la pena!!


INGREDIENTES: (para dos personas. Cuando los hagáis una vez y veáis que al final os habéis quedado con ganas de mas, haréis 1,5 kg. de mejillones, manteniendo las mismas proporciones de los otros ingrediente)

1 Kg. de mejillones 
1 o 2 cebollas 
1 o 2 ramas de apio 
mantequilla (yo la compro en porciones, para usar solo la que necesito. En este caso puse dos porciones, pero podéis poner tres sin problemas) 
3 o 4 briznas de tomillo
2 hojas de laurel 
2-3 vasos de vino blanco

ELABORACIÓN:

Lavar y rascar bien los mejillones para eliminar barbas, restos de algas y todo lo que lleva pegado a la concha.

En la olla más grande que tengáis en casa poned a fundir la mantequilla, en la que echaréis la cebolla cortada en rodajas finas y el apio, también cortado en trozos pequeños. Cuando la cebolla se ponga translucida y blanda, añadimos los mejillones y removemos bien con una paleta para que empiecen a soltar su jugo.

Después de 2 o 3 min. añadimos el vino (yo le pongo 2 vasos) así como el laurel y tomillo. Salpimentamos al gusto, mezclamos y removemos bien para que todos los mejillones vayan entrando en contacto con la salsa que se va produciendo.

Cuando se hayan abierto los mejillones están lisos para servir (desechar los que no se hayan abierto). Por otro lado, freímos una buena cantidad de patatas hasta que estén bien doradas y crujientes.

Para beber, una buena cerveza belga, como he dicho antes. Yo la elegiría rubia, que es más suave y fácil de beber mientras comes. Las Leffe, Grimbergen, Hoegaarden o Chimay son muy ricas, no muy caras y fácil de conseguir en cualquier supermercado.


1 comentario:

  1. Este finde voy a prepararlos. Ya te contaré que tal. Es un plato que me encanta¡¡¡¡

    ResponderEliminar