30 años
establecidos en la misma ciudad, en pleno Ensanche de Pamplona. 30 años viendo
pasar la vida social y comercial de una ciudad que, en estos 30 años, ha
experimentado un cambio radical, haciéndose más grande y más abierta, pero
siempre respetándose a si misma como pequeña capital, llena de tradiciones y de
historia.
Y tanto la historia
como las tradiciones tienen su reflejo en la vida de un restaurante como el
Alhambra. Vinculado desde siempre al buen hacer de la familia Idoate, apellido
con mucha solera en el panorama gastronómico pamplonés, han dado de comer a
miles de personas que buscaban solo una cosa: calidad. Calidad en el trato y en
el servicio, indispensable en cualquier tipo de establecimiento, y más aún en
uno de su categoría. En este aspecto, Iñaki y Esther Idoate son maestros de las
relaciones públicas y en hacer que te sientas como en el propio salón de tu
casa.
Y siguiendo con la
calidad, es imprescindible que esta se vea reflejada en la cocina y en los
platos que en ella son creados. Para ello, depositan toda la confianza en las
manos y el saber hacer de Javier Díaz, navarro de Arróniz que a lo largo de
muchos años ha sabido sacar partido de su experiencia y sabiduría y técnica,
ofreciendo una cocina de autor con enormes destellos de alta cocina basada
siempre en un producto de extraordinaria calidad. Volvemos una vez más a este
término, calidad, que está siendo la base de esta pequeña reseña, por si no se
habían dado cuenta.
Hablábamos de 30
años, verdad? 30 años en los que pamploneses, navarros y gentes de otras
ciudades o países han encontrado en el Alhambra el lugar idóneo para una
emotiva celebración familiar, para cerrar un trato empresarial, para confesar
un secreto o para declararse amor eterno. Incluso las penas, "que con pan
son menos", según dice el famoso refrán, habrán sido motivo en alguna
ocasión de reunión en los salones de este clásico restaurante de la calle
Francisco Bergamín.
Y así han pasado
los años, llegando en plena forma a 2015 después de iniciar esta aventura en 1985.
Han pasado los años, han llegado las canas, y junto a ellas, la experiencia en
la gestión de este rincón gastronómico de Pamplona. Para celebrarlo, se ha
diseñado un menú del 30º aniversario, en el que se han rescatado recetas
simbólicas de alguno de esos 30 años de vida del Alhambra. Es posible que los
que tengan buena memoria sean capaces de retrotraerse hacía esos años concretos
mientras disfrutan de los platos que Javier y su equipo de cocina han preparado
con esmero…por ejemplo, quien no recuerda que en 1985 España firmó el tratado
de adhesión a la desconocida Comunidad Económica Europea? O quizá mucha gente
no sepa, pero si aquellas mujeres que lo deseaban, que en ese mismo año, se
aprobó el ingreso de las mujeres al Cuerpo de la Policia Nacional. Quizá las
primeras mujeres policía nacional lo celebraron en el Alhambra degustando una “ensalada
de pato, manzana verde en tempura, frutos secos y vinagreta de mostaza antigua”!!
Demos un pequeño
salto de solo cinco años, hasta 1990. En ese año, mientras algunos sibaritas
disfrutaban en una mesa del Alhambra del “talo de txangurro, infusión de
carabineros, albahaca y hortalizas”, en Alemania comenzaba a desaparecer de
forma oficial el Muro de Berlín, de forma mucho más lenta a como tenía que
desaparecer este manjar del plato!!
Otro salto en el
tiempo, camino de 1995. Diez años del Alhambra en Pamplona, asentándose como
uno de los restaurantes de referencia en la ciudad. El chef de aquellos
tiempos, cuyo nombre desconozco, se sacó de la manga un “arroz meloso de
verduritas, ali-oli de ajo asado y galleta de amapola”. Por esta época
pagábamos con nuestra querida peseta, pero es en 1995 cuando se alcanza el
acuerdo para la creación de una nueva moneda común para todos los europeos, el
famoso y en ocasiones desprestigiado “euro”.
Pasamos a los
pescados alcanzando el año 2000. Estábamos a punto de entrar en un nuevo año,
un nuevo siglo y un nuevo milenio (todo esto ocurriría en 2001, evidentemente),
pero para todos nosotros fue un reto alcanzar ese año casi mágico: el año 2000.
Casi se podía decir que habíamos llegado al “futuro”, sobre todo recordando las
interpretaciones que se habían hecho con anterioridad del nuevo siglo. Al final
fue todo mucho más normal de lo esperado. Y ni siquiera fue real el tan temido
“efecto 2000”, aquel que algunos aseguraban sería una debacle por el colapso de
los sistemas informáticos. Mucho más tranquilos estarían los afortunados que en
el Alhambra disfrutaban de un magnífico “taco de bacalao al pil-pìl con lágrima
de piquillo y chips de patata violeta”, donde va a parar!!
Ya en
2005, momento de probar el plato de carne que el Alhambra ofrecía a sus
clientes, es bonito recordar que en este año se aprobaron en España los cuatro
primeros proyectos de investigación sobre células madre, que a la larga han
sido uno de los mayores avances médicos para tratar y prevenir enfermedades. Es
un gran noticia, digna de ser celebrada con una suculenta “carrillera de
ternera al vino tinto navarro con parmentier de patata y trufa negra de
Metauten. Fantástico guiiño a Navarra y sus productos agroalimentarios con este
plato fuerte del menú.
2010 fue ayer, como
quien dice. Javier ya andaba con toda seguridad trasteando por la cocina del
Alhambra, buscando la manera de alcanzar la gloria con todos sus platos. Como
la gloria futbolística alcanzó España en este año ganando, por primera vez en
su historia, el Mundial de Fútbol en Sudáfrica. Fue un momento soñado por todos
los amantes del fútbol en nuestro país, y estoy seguro que muchos de los que lo
celebraron en Pamplona habían estado disfrutando en el Alhambra con un
delicioso postre como el “ravioli de coco-piña, licuado de su propio jugo,
pensamientos y crema fina de maracuyá”. Ahí es nada esta sinfonía de texturas,
color y sabor tropical!
Y así, de salto en
salto, de año en año, nos plantamos en el día de hoy, 26 de marzo de 2015. Hay
un dicho popular que dice que “un buen postre puede mejorar un mal menú”. Pero
si, como es este caso, el menú es soberbio, el postre es el colofón final a una
velada de auténtico placer. Y aquí el mago Javier Díaz vuelve a darlo todo con
un “helado de queso cremoso de Idiazábal, compota de albaricoque y aceite Abbae
de Queiles”, uno de los mejores aceites de oliva virgen extra de España.
Como ven, todo un
lujo gastronómico para un bien merecido aniversario. Y además, contando con los
extraordinarios vinos de una de las bodegas enseña de Navarra, Chivite: si sus
vinos ya son buenos por si solos, imagínense acompañando a estos platos.
30 años, y ya
camino de otros treinta, dando de comer a todo el que quiera disfrutar de una
experiencia gastronómica en toda regla. Aprovechad marzo y abril para revivir
con Iñaki, Esther, Javier y todo el equipo estos 30 años de
historia reciente.
Ahora solo queda
que un servidor vaya por primera vez al Alhambra, para poder vivir todo esto
que, de momento, solo vive en mi imaginación!!