martes, 15 de noviembre de 2016

El Mercao. Cuestión de gustos.

Me gusta el color verde, como el que destilan 2400 botellas de vino bordelesas colocadas de forma vertical, recibiendo y modificando los impactos de color de la calle y del mercado en su día a dia.

 Me gusta la calidez de la madera, con ese color ocre que resalta sobre el fondo oscuro y ese juego de volúmenes que se crea por medio de cortes, incisiones, aristas y vértices.

Me gustan las formas sinuosas en paredes y techo, mezclando líneas duras y rectas con curvas sugerentes, porque indican seriedad y dinamismo a partes iguales, algo que debe estar presente en todos los aspectos de la vida.


 Me gustan las luces indirectas, porque puedes jugar con ellas para sentirte la estrella del momento y recibir todo su impacto o bien retirarte del foco buscando intimidad, quietud o sosiego. Una luz para cada mesa, para cada comensal, para cada momento.

Me gusta que se conserve el pasado, para disfrutarlo en el presente y que llegue con garantías al futuro. Piedras viejas y ajadas conservadas detrás de gruesos cristales, a modo de obra de arte protegida del paso del tiempo.

Me gusta el suelo de piedra, porque es la base sólida sobre la que pisar día tras días. El desgaste es el sinónimo del éxito, del ir y venir continuo.

Me gustan los espacios diáfanos y abiertos, bien creados de forma natural o bien con el juego de espejos y cristales.

Me gusta el color negro, porque no es ni serio, ni triste ni negativo. Es el lienzo donde mejor brillan el resto de matices de la paleta del artista. Es la elegancia personificada en la ausencia de luz, en la mezcla aditiva de todos los colores que podemos percibir.

Me gusta ser bien recibido, con profesionalidad, conducido hacia la mesa que parecía puesta allí en exclusiva para nosotros, como clientes especiales que éramos. Porque cualquier cliente, en cualquier establecimiento, merece ser tratado como alguien especial.

Me gusta la fusión, la mezcla, el mestizaje, la sabia combinación de lo de aquí con lo de allá, para que al agitarlo con sabiduría, el resultado guste, sorprenda, emocione...

Me gusta la improvisación rápida, la búsqueda de alternativas sin ápice de duda. Me gusta que se sustituya, casi en un chasquido de dedos, una opción repetitiva por una propuesta sorprendente. O lo que es lo mismo, una fideua por una brocheta de pez mantequilla.

Me gusta ver caras conocidas cuando disfruto frente a un plato, y me gusta pensar que están ahí porque han querido elegir ese sitio, como lo he podido elegir yo de forma voluntaria o porque me ha tocado en suerte. Una de las caras que me miraron ese día fueron los suficientemente simbólicas como para saber que no estábamos en mal sitio.


Me gusta saber que lo que me ponen en el plato es de primera calidad, fresco, sabiamente escogido por manos expertas y sin necesidad de intervenir mucho para lograr la excelencia. Si nos referimos al "producto de cercanía", aquí esa denominación no podría ser más acertada.

Me gusta el dinamismo, la ausencia de tiempos muertos, la agilidad en el servicio. Veni, vidi, vici.

A mí, que busco momentos singulares en torno a una mesa, me gusta El Mercao. A él/ella, que sueña con un sitio especial para una cita especial, le gusta El Mercao.
Y a ti, te gusta El Mercao??


C/ Tafalla 5-7
31002 PAMPLONA - Navarra
Telf. 948 29 25 88  · Fax: 948 15 04 29









1950 - 2016. Gastrobar MOKA


1950. Navarra. Pamplona. II Ensanche. Calle Tafalla. Gomara. Arquitecto. Crispín. Polifacético. Basiano. Pintor. Retratista. Paisajista. Andamio. Órdenes. Mural. Bajorrelieve. Mar. Williams. Pulpo. Tiburón. Merluza. Pez volador. Gresite. Brillo. Columna. Techo. Escayola. Volumen. Curvas. Perforaciones. Yeso. Madera. Chapa. Cristal. Espejos. Forja. Vino. Cerveza. Vermú. Sifón. Café. Tertulia. Novela. Poesía. Literatura. Artistas. Intelectuales. Empresarios. Notables. Negocios. Tratos. Noche. Tabaco. Coñac. Naipes. Poker. Patrimonios. Juego. Secretos. Gentes. Nombres. Apellidos.Vida. Calle Tafalla. II Ensanche. Pamplona. Navarra. 1950

1960
1970
1980
1990
2000
2010

2013. Navarra. Pamplona. II Ensanche. Calle Tafalla. Patxi. Hostelero. Entusiasta. Iniciativa. Ilusión. Trabajo. Equipo. Profesionalidad. Rehabilitación. Restauración. Limpieza. Lijado. Pintado. Barnizado. Pulido. Abrillantado. Tapizado. Documentación. Recuerdos. Conversaciones. Proyecto. Trabajo. Trabajo. Trabajo. Ecos. Reapertura. Ilusión. Identidad. Dinamización. Imagen. Logotipo. Tipografía. Madera. Negro. Azul Turquesa. Ocre. Enrique. Michel. Arraitz. Gastroarquitectura. Staff. Formación. Juventud. Retoques. Proveedores. Preparados. Listos. YA.

2013. Noviembre. 20. RE-INAUGURACIÓN. Vecinos. Amigos. Nostálgicos. Recuerdos. Alabanzas. Satisfacción. Alternativa. Oferta. Gastronomía. Gusto. Técnica. Producto. Sabor. Caña. Caña. Caña. Vino. Refresco. Ronda. Pintxos. Cazuelicas. Raciones. Mesa. Mantel. Atención. Simpatía. Recomendación. Eficiencia. Navarra. Rioja. Ribera. Tinto. Blanco. Rosado. Copa. Vaso. Taza. Menú. Carta. Primero. Segundo. Postre. Trufas. Combinado. Risas. Alegría. Relax. Encuentro. Quedada. Cuadrilla. Lunes. Martes. Miércoles. Jueves. VIERNES. SÁBADO. DOMINGO. Ayer. Hoy. Mañana.

2014
2015

2016. Navarra. Pamplona. II Ensanche. Calle Tafalla. Número 16. Para ti. Para mi. Para todos.

GASTRO. BAR. MOKA







martes, 26 de julio de 2016

RESTAURANTE KOKKEN BILBAO


Consultar Tripadvisor es toda una aventura cuando buscas una recomendación práctica sobre los restaurantes de una ciudad de la cual no conoces su oferta gastronómica. Suelo interesarme por locales con altas valoraciones, ya que pesan más, por ejemplo, 500 Excelentes que 10 Pésimos. Lo mejor viene cuando, una vez visitado el sitio elegido y con un gran resultado, consultas los comentarios que califican un local como pésimo o muy malo.

Esto es justo lo que nos ha pasado en la visita a KOKKEN en la Plaza del Gas de Bilbao. Ya que no conocemos mucho el abanico de restaurantes de la ciudad, saber cuales son los más valorados siempre es algo positivo. Y este local situado muy cerca del ayuntamiento parecía una gran opción, sobre todo al ver el aspecto de sus platos en su página web (http://www.restaurantekokken.com/) y en su página de facebook.

Hicimos bien en llamar por teléfono nada más salir del Museo de Bellas Artes, porque de lo contrario, llegar allí sin avisar hubiera sido totalmente inservible porque nos hubieran despedido con el habitual "está todo reservado" y nos hubiera tocado pulular por los bares de lo viejo buscando pinchos a cierta deshora. Breve intercambio de frases del tipo "hay sitio" "cuantos sois", "luego nos vemos, gracias", con lo cual pudimos entregarnos a la búsqueda de la ración de rabas del Txiriboga para ir aplacando a un estómago que rugía ya con fuerza pidiendo pitanza.


Una vez llegamos a Kokken nos sorprendió lo sencillo de su decoración, con mobiliario básico de madera, papel pintado imitando tablones de madera y una cabeza de trofeo de peluche (aquí viene el apunte técnico de un flipado de los animales como yo: la cabeza pertenece a un tipo de antílope americano, el berrendo, y no a un ciervo como el que aparece en su imagen corporativa en FB. Estas son cosas de las que pocos se dan cuenta, pero yo soy uno de ellos, que le vamos a hacer!!).

Una vez sentados, llegó la sorpresa en la forma en la que conciben el servicio de menús: es un menú degustación abierto a completarlo según el hambre del comensal, la cantidad de vino que queda en la botella o una conjunción de diversos factores. El menú básico son cuatro platos más el postre, acerca de los cuales solo tuvimos que comentar si éramos alérgicos a algún producto o no nos gustaba alguna cosa en especial, ya que de ser así y coincidir con la selección de platos que tenían preparada, cambiarían sin problema el plato. Al confirmarme que no había coliflor, dimos pistoletazo de salida a ese menú de cuatro platos, los cuales íbamos a acompañar con un sensacional tinto de Toro, Flor de Vetus, el cual ya conozco al tenerlo en Honestus y sabía con toda seguridad que podía ser un complemento ideal. Acierto absoluto, ya que completó muy bien platos de carne, pescado e incluso el postre.


Los platos, sencillos en su concepción y presentación, bien condimentados, sabrosos y con raciones de tamaño adecuado para que no se quede en un simple bocado pero tampoco sea algo excesivo y que haga que te llenes una vez acabados los cuatro primeros platos. Nosotros nos plantamos en el menú medio porque habíamos picado algo antes, pero hubiéramos disfrutado del menú largo sin duda alguna, y es lo que haremos en la próxima visita.

























Bonito marinado con salsa de mango y reducción de guindilla. Pescado muy fresco, templado, con un picor moderado y el toque crujiente del sésamo tostado muy agradable. Buen comienzo al que siguió una merluza en tempura con pasta de tomate seco y katsuobushi (finisimas láminas de atún deshidratado). Pescado fresco perfectamente rebozado y frito, crujiente por fuera y muy tierno por dentro, con una salsa excelente que en mi boca me recordaba a la salsa barbacoa. El vino acompañaba perfectamente bien ambos platos con sus matices picantes.

 

Tercer plato, también de pescado y una de las especialidades de la casa: sepia a baja temperatura con salsa teriyaki, algas, alioli suave y almendras. Sepia extratierna, pasada por la plancha para dorarla, con almendra picada y el característico sabor de la soja de la salsa teriyaki, junto con el toque cremoso del alioli. Plato sencillísimo y excelente, la cosa iba para 10 y ya sabíamos que ampliaríamos al menú medio.



Primer plato de carne, consistente en una hamburguesita de entrecot de ternera con queso emmental, remolacha y unas patatillas con especias picantes. El vino seguía yendo a las mil maravillas, y aún quedaba casi media botella. Solución: confirmar al camarero que continuábamos para bingo, que habíamos venido a jugar y que adelante con los dos nuevos platos.


En quinto lugar, el único plato que me hizo torcer un poco el morro, ya que se juntaban dos cosas que me dan repelús: la alcachofa y el puré. Y si encima los juntas en forma de puré de alcachofa, pues mal asunto. Pero amigos, la gracia del asunto es que dicho mejunje servía de base a una deliciosa vieira, justo la parte blanca y jugosa de dicho molusco bivalvo. Y yo, que estaba harto de ver a los americanos cocinar "scallops" en Master Chef y TOP CHEF en la versión USA, sabía que me lo tenía que comer. Y que rica estaba, que jugosa textura, que sabor a marisquito rico!! Simplemente opté por no rebañar dicho puré y comerme el que ya estaba impregnado en la vieira, y fue una solución magnífica. Podría haber dicho que me lo cambiaran, y posiblemente lo habrían hecho, pero no me pareció adecuado por una manía personal hacia ciertas texturas y esa verdura diabólica!!


Y para terminar los seis platos antes del postre, de nuevo carne y de nuevo de ternera, en este caso en forma de rico solomillo con boniato confitado y salsa de melocotón y chile chipotle. Dulce y picantón al mismo tiempo, rock&roll en la boca y el Flor de Vetus animando el cotarro en ese momento que ya había cogido buena temperatura. Estábamos listos para el postre y así se lo hicimos saber al mesero.


Y al llegar el postre escuché algo que hizo que saltaran todas las alarmas: LECHE. Bizcocho empapado en leche. Con helado de limón, salsa de frutos rojos y crumble de galleta. Pero si si, bizcocho empapado en LECHE, ese líquido blanco que hace ya taitantos años dejé de tomar porque me pareció detestable. Pero como mi madre me decía que tengo que probar las cosas antes de patalear diciendo que no me gustan, me metí un trocito de ese bizcocho empapado en LECHE, eso si, bien embadurnado en frutos rojos, limón y galleta. Y porque no tenía al alcance el puré de alcachofas, que hubiera sido hasta buena solución. Y aunque mi consorte afirmaba que sabía mucho a leche, a mi no me lo pareció y di buena cuenta de todo el postre, poniendo el colofón magnífico a esta comida tan estupenda. Apuramos el vino, rechazamos el café y nos obsequiaron con una cuenta totalmente asumible y muy bien valorada en cuanto a lo que comimos y como lo disfrutamos.



En definitiva, un enorme descubrimiento el KOKKEN, muy bien situado, con una propuesta original, desenfadada, sencilla, agil en su ejecución y servicio, sabrosa y convincente en cuanto a la comida, tanto en cantidad como en calidad y a un precio la mar de competitivo. Los comentarios "pésimos" de Tripadvisor, leídos una vez visitado el local, no tienen ningún fundamento, ya que hay mucho snob que quieren, como dicen algunos, "un pescado grande que no pese mucho". Pues eso, que volveremos encantados, bien merecerá la pena una segunda visita!!





















viernes, 8 de abril de 2016

JORNADAS GASTRONÓMICAS "VERDURAS DE PRIMAVERA" - LA GRAN CENA


Vino y verduras. O verduras y vino, da igual como combinemos estas dos V que en primavera se muestran en todo su esplendor. Y buena prueba de ello tuvimos ayer en la cena que se sirvió en el restaurante La Capilla, en un ejercicio de creatividad gastronómica ejecutado con gran maestría por las ocho manos de cuatro jovenes promesas de la cocina navarra: Guillermo Llorente, Virgilio Martínez, José Aguado y Luis Salcedo. Llegados los tres últimos desde la Ribera para compartir los fogones en los que ejerce como jefe de cocina Guillermo Llorente, trajeron consigo los sabores de La Mejana para acompañar a las mil maravillas a cinco de los vinos recientemente premiados por la DO Navarra.

 
Navarra apuesta de manera muy firme por todos sus productos de calidad, y las verduras de la archifamosa huerta navarra ocupan un lugar muy destacado en la oferta agroalimentaria de esta singular región. En estas fechas destacan por encima de todo dos de los tres ases del trío de verduras de Navarra, como son el espárrago blanco y la alcachofa. La temporalidad de las verduras hace que todavía no podamos disfrutar de los pimientos del Piquillo, ya que para ello habrá que esperar todavía unos meses. Pero mientras tanto nos deleitamos con las múltiples posibilidades que nos ofrecen el espárrago y la alcachofa junto con algunas legumbres tiernas como el guisante o las habas, que también están empezando su temporada.


Y poner verduras de excelente calidad en manos expertas como las de los cocineros de la ribera navarra es todo un acierto. Si a ello le sumamos la juventud de dichos creadores y las ganas de innovar con los productos más tradicionales, pues la fiesta para el paladar está servida. Y si para rematar la faena entran en escena cinco excelentes vinos que lucen orgullosos la medalla que los acredita como los mejores de Navarra en su categoría, poco más puedo decir, solo recordar el buent rato que pasamos en la mesa 4 de La Capilla con una excelente compañía.

Empezó el primer acto con un plato del chef “residente” Guillermo Llorente, consistente en una especie de carpaccio de vieria con un licuado de alubias verde, espárrago fresco laminado y unos toques de lima. Plato refrescante, con el sabor ligeramente amargo del espárrago fresco y el sabor marino de la vieira. Para acompañar, el fantástico Chardonnay Guerinda “La Blanca” de Bodegas Máximo Abete, mejor vino blanco de Navarra y uno de los mejores chardonnay que he bebido.

 
Ya en faena y con ganas de seguir con la fiesta llegó uno de los platos que más me gustaron, elaborado por Virgilio Martínez del restaurante Beethoven de Fontellas. Era un sencillo guiso de guisantes y habitas salteados con oreja y manitas, su pesto y una yema frita. Ni que decir tiene que la untuosidad de la oreja y las manitas (adoro estas partes de mi querido cerdo) junto con la cremosidad de la yema de huevo hizo que se formara una salsa realmente sabrosa. Me hubiera comido cinco platos de este mejunje tan exquisito!! Para acompañar, el rosado Inurrieta Mediodía, todo un clásico de Navarra que nunca defrauda, rojo intenso, extra aromático y muy goloso en boca.


Turno para José Aguado del restaurante Topero de Tudela. Y turno para el oro blanco de Navarra, el apreciado espárrago. Acostumbrados a comerlo en conserva, aprovechar su temporada de producto fresco para jugar con el es una ocasión para comprobar que acepta infinidad de preparaciones. En esta ocasión lo sirvieron escabechado y plancheado, combinando muy bien los toque ácidos que dejó el vinagre del escabeche con el tostado de la parrilla. También tenía unos interesantes matices anisados del estragón que acompañaban a una crema que servía de base para los espárragos. Para beber, el chardonnay fermentado en barrica de Principe de Viana, vino con una crianza en madera corta, pero suficiente para aportarle unos ricos matices de platano maduro y piña que lo convierten en un vino muy rico.

Y por último y antes del postre, turno para las alcachofas. Nunca he ocultado que no me hace mucha gracia este producto tan apreciado por propios y extraños, pero sabiendo que en esta cena, el plato de alcachofas corría de parte de Luis Salcedo, del restaurante Remigio de Tudela, todo un maestro de las verduras de su tierra, mantenía ciertas esperanzas de encontrar por fin un plato de alcachofas que me gustara. Y lo consiguió, señores, lo consiguió. Era un suculento plato de minialcachofas guisadas con una especie de tocino de cerdo y piñones garrapiñados, con toques de regaliz. El jugo que todos estos ingredientes formaron era monumental, me lo comía a cucharadas y no dejé ni un pedazo de alcachofa. Un señor plato acompañado de uno de los vinos que tengo almacenados en mi memoria, “El Chaparral” de Bodega Nekeas. Es un tinto de garnacha vieja criada en la comarca de Valdizarbe, en una finca preciosa, y que estuvo presente en la primera cata de vinos a la que asistí y en la que se produjo algo que hizo que me enamorara de los vinos y todo lo que los rodea. Y aparte de ello, es un vino realmente rico y merecedor del premio como uno de los mejores tintos de Navarra 2016.





Para el postre, vuelta a los dominios de Guillermo Llorente, que abría el menú y lo cerraba con un postre consistente en un helado de geranio con frambuesas, ruibarbo y aceite virgen extra. Buena combinación de sabores y textura, muy sorprendido por el sabor agridulce del ruibarbo y genialmente acompañado por el Moscatel de Bodegas Piedemonte, el mejor vino para acompañar un postre en esta tierra que me acoge.


Fin de fiesta con felicitaciones a estas jóvenes promesas de la cocina y a los que hacen posible que los vinos de Navarra sigan siendo cada año mejores. Y ustedes que me leen y viven en Navarra, aprovechen para visitar los restaurantes navarros que se suman a estas jornadas de la verdura y han diseñado suculentos menús degustación con los tesoros de la huerta.! Piensen en verde!


miércoles, 17 de febrero de 2016

SALÓN DE GOURMETS 2015




Salón de Gourmets es todo un acontecimiento para los sentidos. Formas y colores dando imagen a miles de productos, botellas que se descorchan, copas que se llenan, artilugios de cocina trabajando a todo gas para agasajar con su sabor a los visitantes atraídos por deliciosos olores a especias, cremas, esencias, parrilla o ahumados. Como en un gran mercado de las maravillas, los habitantes de los diversos stands se afanan en sacar pecho de sus magníficos productos, los mejores entre los mejores, llegados desde los cuatro puntos cardinales de España y de muchas partes del mundo.

Si en nuestra primera visita quedamos extasiados y casi sin capacidad para articular movimiento en busca de un ruta coherente para poder visitar la feria con cierto orden, en esta segunda ya teníamos diseñado un plan de acción para poder cubrir todo el recinto expositivo con ciertas garantías….aunque luego se fue todo al “traste”, fruto de encontrarte con buenos amigos en algunos stands y conocer a gente encantadora en otros.

Como siempre, Salón de Gourmets 2015 giró alrededor de varios pilares, vitales e imprescindibles en nuestro sector de la alimentación gourmet y que siguen siendo toda una garantía de calidad: jamón ibérico de bellota, quesos, aceite de oliva virgen extra, conservas de pescado y vino. Tres de estos productos siguen ocupando un lugar primordial en SG, con espacios propios donde poder lucir  músculo. Se trata del Tunel del Vino, Gourmetquesos y Experiencia Virgen Extra, donde los mejores vinos, quesos y aceites se muestran en todo su esplendor. Así, puedes recorrerte la península de extremo a extremo saltando de un Tempranillo a una Cencibel, una Tinta de Toro o una Ull de llebre sin abandonar esta varieda autóctona de uva tinta, así como ver el diferentes comportamiento de la oliva picual en diversos puntos de la provincia de Jaén o como la cabaña ovina de leche para elaborar quesos de pasta dura es una de las mejores del mundo con joyas como el queso camerano, Pedroches o Idiazábal ahumado, entre muchos otros.


Las regiones españolas, con sus stands institucionales llenos de productos típicos y cobijando a diversas empresas del sector alimentario, son también un buen escaparate para pulsar la buena salud de las diferentes denominaciones de origen e indicaciones geográficas protegidas, de las cuales a todo el mundo le gusta presumir con orgullo. Además, en casi todas ellas se llevaban a cabo diferentes actividades en directo, como catas de producto, showcooking, concursos, etc. Allí estaba Navarra Reyno Gourmet con los productos de su huerta, una buena selección de vinos y aceites, su exclusivo pacharán o sus excelentes quesos. Asturias presentaba el compango de alguna marca local y lo daba a degustar de la mejor forma posible: formando parte de una excelente fabada. Euskadi Basque Country traía una excelente selección de todos sus productos marcados con su sello "Euskolabel", así como Castilla y León demostraba que es la región más grande de España con un descomunal stand amarillo lleno de algunas joyas cárnicas de nuestra gastronomía, como los jamones ibéricos de Guijuelo, la cecina de León, el cochinillo de Segovia, el chorizo de Cantimpalos o la burgalesa morcilla de Cardeña, entre muchos otros. Y con vino, por supuesto, con algunas de las mejores referencias de Ribera del Duero, Toro, Arlanza, Cigales, Bierzo o Rueda.





Las provincias de Málaga y Jaén también tenían una sólida presencia en la feria, sobre todo en lo referente al mundo del aceite de oliva virgen extra. El stand de la Diputación de Jaén es cita obligada para todos los amantes del zumo de oliva, puesto que a lo largo de todo su perímetro se situan las mejores marcas de este producto en la provincia, en parte de Andalucía y que, con toda seguridad, se alzarán con alguna de las primeras posiciones en el ranking nacional. Referencias como Cortijo Spiritu Santo, Nobleza del Sur, Melgarejo, Castillo de Canena, Picualia y un largo etc elevan la variedad de oliva Picual a lo más alto. Málaga en cambio apuesta por otra de las variedades más extendidas por el tercio sur, la hojiblanca. Y mal no tiene que haber ido la cosa cuando Finca La Torre se ha alzado con el título de "mejor aceite de oliva virgen extra ecológico 2014", otorgado por el Ministerio de Agricultura. Yo que he tenido la suerte de probarlo, es una auténtica joya de aceite.











En cuanto al mundo del ibérico de bellota, las cuatro denominaciones tenían buena representación en cuanto a marcas comerciales o stand institucional, llevándose muchas felicitaciones la D.O. Valle de los Pedroches. Esta joven denominación, la última en ser reconocida por Bruselas, puede presumir de representar a los que muchos ya consideran como los mejores jamones ibéricos de bellota de España. Las grandes dehesas casi vírgenes de este valle situado al norte de la provincia de Córdoba son testigos de como los cerdos de pura raza ibérica están ofreciendo unos jamones excepcionales gracias a la magnífica calidad de las bellotas y los pastos de estas tierras, que dan como resultado unos jamones con excelentes matices dulzones y una infiltración de grasa sensacional.

Muy destacado fue el stand de Portugal, que exponía una brutal selección de sus mejores productos con una presentación y un diseño excepcional. Y si el producto era bueno, los encargados de mostrarlos y darlos a conocer eran aún mejores, muy profesionales y con muchas ganas de presumir del producto patrio, como sus grandes conservas y unas magníficas mermeladas de frutas exóticas, entre muchos otros.


Y si tengo que hablar del mundo del vino, podria empezar y no terminar. Exceptuando la gran feria española del vino, FENAVIN, en pocos sitios se podrán encontrar tantas referencias de vinos de calidad de toda España, aprovechando algunas bodegas para presentar en SG sus nuevas creaciones. Y si además del vino en si eres, como yo, un amante de la creatividad y el diseño, el sector vinícola se ha convertido en uno de los más destacados exponentes en cuanto a ejercicios plásticos en sus etiquetas, con creaciones sensacionales que invitan, cuanto menos, a interesarse por ellos y conocer las historias que quieren contar dichas etiquetas.









Cervezas artesanas, mermeladas de obrador de sabores casi inimaginables, morcilla en tubo, pescado seco, carne de vacuno español macerada con hierbas sudafricanas, licores caseros, dulces de monasterio, quesos de casi todas las formas posibles, vinos de Jerez con etiquetas sacadas de un circo, bombones con forma de pelota vasca, o un abanico de vinos monovarietales dificilmente repetible fuera de este paraíso para entusiastas de los productos de calidad. Eso fue Salón de Gourmets 2015, superando a la edición de 2014 y que, presumiblemente, se reinventará para ofrecernos todo lo mejor de nuestra gastronomía el próximo mes de abril en Salón de Gourmets 2016. Nos vemos!