El pasado miércoles tuve la
suerte de poder asistir a una magnífica y selecta cata de vinos, invitado por
mi amigo Rafael Velázquez y organizada por todo un maestro de ceremonias en
estas lides como es Luis de La Vinoteca. Era una de las famosas catas del
"Club del Vino", organizadas para dar a catar a los socios los vinos
que componen los lotes que se ponen a la venta.
Rafael, que ya me va conociendo
cada vez mejor, sabía perfectamente que los vinos que se presentaban en esa
ocasión me iban a gustar, y no se equivocaba. Porque equivocarse si estamos
hablando de Bodegas Chivite es casi imposible.
Yo no me caso con nadie en el
mundo del vino. Todas las bodegas tienen buenos vinos que ofrecerme, hoy me
puede saber mejor uno y mañana mismo preferir mil veces otro que rechazaré al
día siguiente porque quiero volver al del primer día.
Navarra está llena de muy buenos
nombres en el mundo enológico y Chivite es uno de ellos. Si nos tenemos que
ceñir a la fecha que viene impresa en su sello, estamos hablando de una
historia que se remonta a 1647, más de 350 años traducidos en once generaciones
de dedicación al vino de Navarra. Y una circunstancia como esta lleva aparejado
el que uno de sus vinos, el rosado Gran Feudo sea el vino rosado más conocido y
extendido de todo el país. En los últimos tiempos, Chivite ha decidido apostar
por la expansión de su nombre a otras regiones vinícolas de España con la
adquisición de terrenos en las provincias de Burgos y Valladolid y
comercializar vinos con D.O. Ribera del Duero y D.O. Rueda bajo el nombre
BAUARTE. Al mismo tiempo, el trabajo en los selectos terruños de Aberín, situados
entre el monte Montejurra y la ribera del Ega, han dado como resultado la
obtención de unos vinos diferentes, con tanta personalidad que necesitaban de
su propio sello de calidad: ARÍNZANO es el nombre de dicha propiedad y que
denomina a los primeros vinos de Pago del norte de España.
Cuatro eran los caldos que se
habían descorchado en la tarde noche, un blanco, tres tintos y una burbujeante
sorpresa que vino en copa separada. Las relaciones de los de Cintruénigo con
cierta familia francesa a lo largo de quince años está dando sus buenos frutos
y al final de la cata pudimos comprobarlo.
Con el patio central de "La
Plaza del Vino" lleno hasta la bandera, Luis comenzó su intervención
sorteando un lote de vinos entre los acertantes de los concursos de
eno-preguntas que manda con asiduidad. El afortunado ganador, que no se
encontraba presente (lo cual provocó que hubieran gritos de
"envidiosillos" que demandaban la extracción de otro nombre) se llevó
a casa una caja con tres vinos valorada en 375 euros, con una joya de Vega
Sicilia que valía 2/3 del valor del lote...como para que el cuñado te la tire
al suelo y la rompa!!
El siguiente monólogo corrió de
parte de otro miembro de la familia "Finca de Villatuerta", en este
caso un tinto varietal de syrah de 2010. Menos ácido que otros tintos de syrah
que he probado antes, tenía más presencia de frutos rojos y negros bien
maduros, y un toque mineral muy pronunciado.
En el tercer acto cambiamos de
familia y dimos el salto a la "Colección 125" con su 100% tempranillo
de 2009. Es un vinazo con todas las letras, bien madurado, con la fruta negra y
las especias muy presentes. El tanino se deja notar con fuerza, pero al ser un
vino muy bien estructurado, tiene un
paso muy suave por la garganta dejando un agradable retrogusto.
Y para acabar lo programado, una
de las joyas de la corona de Chivite: Arínzano la Casona 2008. Es un vino
complejo, inesperado, ensamblaje de tempranillo con un 25 % de merlot. He
probado en mi vida pocos vinos tintos (estoy en ello), pero desde luego ninguno
era como este...me pedía chocolate (a mi compañero de mesa Rafael más todavía)
y mermelada de bayas, oscura y densa. Casi se podía masticar de lo denso que
era, y dejaba una gran sensación en la boca. Todo una sensación sensorial,
porque se podía disfrutar con todos los sentidos. El terruño y las manos que
los trabajan han hecho su trabajo...
Todos los vinos se iban
alternando con las explicaciones de Iñaki y Marta, que nos contaban sus
particularidades, sus propias impresiones como conocedores del mundo del vino o
curiosidades en relación con cada uno de los caldos.
Para finalizar, apareció la
quinta copa que yo, al menos, no esperaba. Era un champagne Taittinger Brut
Reserve. Bodegas Chivite fue elegida hace quince años como distribuidora en
España de los productos de esta casa francesa de champagnes. Según nos contó
Iñaki, buscaban una bodega familiar, una especie de extensión de la familia
Taittinger en nuestro país, y la familia Chivite y su larga tradición vinícola
fue lo que necesitaban. Lo que nadie se esperaba es que los lazos entre Navarra
y la familia Taittinger iba a ser más estrecha de la esperada: la imagen que
sirve de imagen y marca de Taittinger es el sello de "Thibaut 1er de Navarre",
más conocido en tierras forales como Teobaldo I, rey de Navarra y conde de
Champaña. Este rey trovador apasionado
de la música tuvo que guerrear en las Cruzadas y a la vuelta de una de ellas,
recogió en la isla de Chipre una cepa de uva blanca que le sorprendió por su
dulce sabor. Esa cepa era la que hoy todo el mundo conoce como
"chardonnay", una de las uvas que dan forma y cuerpo a los champagnes
franceses y que tanta personalidad y frescura aportan a los vinos blancos de
Navarra.
Tengo que admitir que no había
probado nunca el champagne francés (hay cosas que se quedan fuera de mi
alcance, jeje) y la verdad, que este haya sido el primero me parece magnífico,
puesto que era realmente delicioso. Muy aromático y frutal, en boca se
transforma y trae unos deliciosos recuerdos a almíbar y pan recién hecho, cálidos
y dulces. Me lo bebería antes, durante y después de la comida, como bien
recomiendan los entendidos en vino, ya que últimamente se está desechando la
idea de que un champagne o un cava solo se tome para brindar.
Después de este magnífico final,
poco más puedo añadir. Cada vez me gusta más el vino, cada día aprendo una cosa
nueva de este mundo tan diverso, y si los vinos son tan buenos como los de la
familia Chivite, me parece que voy a tener un problema...bendito problema!!
Hola Alberto, un placer conocerte y me alegro que te haya gustado la cata.
ResponderEliminarEstoy seguro de que nos volveremos a ver.
Un abrazo.
Gracias a vosotros, Iñaki. Un placer compartir una copa de vino con vosotros. Un abrazo
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