1835, en algún punto de la Navarra rural…
- TOC, TOC, TOC!!!
-Pardiez, quien llama con tanto ímpetu?
- Señora, le habla el general carlista Tomás de Zumalacárregui.
Mejor dicho, le hablan sus tripas, del hambre que llevan consigo.
Sería tan amable de abrir la puerta?
- Que se le ofrece, mi general? Poco va a encontrar de interés en mi
humilde morada. Y de comida menos aún, no está el horno para
bollos!!
- Mujer, algo tendrá en la despensa para aplacar el hambre que
acarreo durante varios días. Esto de guerrear cansa y abre el
apetito, créame!!
- Pues déjeme que haga memoria de lo que pueda tener y alguna
cosilla podré ofrecerle. Veamos...tengo unas patatas de la huerta de
mi suegro, los pocos huevos que han puesto esta semana las gallinas,
cuatro cebollas que se van a perder si nos las aprovecho pronto y
aceite de oliva, que aquí en Navarra lo tenemos bien bueno. Son los
ingredientes del gusto del señor??
- Ea, en mejores plazas hemos toreado, pero habrá que conformarse.
Por favor, seria posible que me preparara alguna cosa sabrosa y
rápida? Voy con algo de prisa, que tengo que asediar Bilbao y se
hace tarde.
- Bien, déjeme unos minutos, a ver que se me ocurre. Si le apetece
un tinto, lo tengo fresco, de garnacha, elaboración propia. Sírvase
usted mismo…
20 minutos después...
- Voila, mi general. Aquí tiene la pitanza, la cual espero sea de su
agrado. Como usted me apremiaba en hacerle algo sencillo y rápido,
no he podido ofrecerle todo mi poderío culinario. Mi intención era
haberle servido un parmentier de patata trufada con huevo poché a
baja temperatura, cebollas encurtidas y caviar de aove...pero solo me
ha dado tiempo a freirle unas patatas y cuajarlas con un par de
huevos. Que aproveche.
- Cáspita, jamás había visto un plato así...tiene forma de torta
pequeña. Casi me atrevería a decir que no es torta, sino tortilla.
(La parte y se la lleva a la boca). Diantres, que dichosa combinación
de sabores y texturas!! Ligeramente tostada por fuera, tierna y
jugosa por dentro. Y que gustoso el punto dulce de la cebolla! Señora
mía, ha logrado sorprenderme enormemente con este sencillo plato.
Desconozco si su fama llegará muy lejos, aunque a mi me servirá
para darle de comer a mi tropa, que son jóvenes y comen como limas.
Ahora he de partir, como le comentaba antes, he de asediar Bilbao y
nos queda faena. Gracias por su amabilidad, señora. Mis respetos.
- Vaya usted con Dios, general. Y no asedie tanto, que está muy feo
eso de pelearse con la gente!!
Mismo siglo XIX, unos cincuenta años después, al otro lado del
Atlántico. Concretamente en Atlanta (Georgia), el farmaceútico John
S. Pemberton tiene la brillante idea de crear una bebida tónica a
base de hoja de coca, nuez de cola y vino francés. Lo llama "French
Wine Coca". Poco tiempo después, la "Ley Seca"
prohibe comercializar esta bebida alcohólica y Pemberton aligera la
receta de sustancias "comprometidas", usando solo siropes y
aromas. Ha nacido una bebida que se vendía en farmacias a 5 centavos
el vaso y que más de un siglo después, conquista al mundo entero y
sirve de compañero ideal de una torta de huevos y patatas inventada
en Navarra por una sencilla ama de casa. La vida está llena de
casualidades.

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